martes, 9 de noviembre de 2010

6.- The Homeless Body


Las personas sin hogar son una imagen que la mayoría de las personas, políticos y sociedad en general se niegan a ver. “Ver” en el sentido de reconocimiento, de ubicación, de atención; estos individuos representan aquello que las personas no son, lo amenazante, lo ajeno, los otros. La cosificación de las personas sin hogar se deriva de su no reconocimiento, lo cual implica además no ubicarlos ni siquiera como personas.
La lectura se remite a los Estados Unidos, del como es que la sociedad trata de construir una imagen pública, de la sociedad y su dinámica propia. Dicha imagen es difícil de completar ya que ninguna ciudad es un todo homogéneo; inclusive esto se dificulta si se considera que la ciudad es espacio que integra una gran cantidad de diferencias, es decir, una heterogeneidad.
Aunado a ello se da un aumento del control y exclusión del espacio público. Esto provoca a su vez la reconfiguración de lo público, y principalmente de su uso. Es importante tomar en cuenta éste punto ya que lo publico, en teoría, es un espacio abierto para todos los miembros de la sociedad con capacidad de hacer uso de sus derechos y obligaciones, sin embargo en la actualidad esto es poco visible y limitado. El acceso y uso del espacio público está determinado por el modelo y características de cada país, es decir, que la forma y el modo de usar el espacio público está determinado previamente. En el caso Mexicano, el uso del espacio público por parte de las personas sin hogar, está limitado en tanto son considerados como algo ajeno a la sociedad, a su inutilidad y las percepciones que generan (asco, peligro, entre otros). Un ejemplo de ello es la gentrificación hecha en el centro de la ciudad, donde hace apenas unos años, era posible ubicar a un gran número de indigentes, pero la renovación de calles como Regina, ha dado como consecuencia el cambio de imagen de la zona y por tanto su propio peso social y económico. Dentro de ésta nueva dinámica de la zona, los indigentes no encuentran lugar, ya que quedan fuera de la categoría, son excluidos y se vuelven ajenos y peligrosos al espacio, haciendo inadecuada su presencia.
Las políticas hechas para controlar la indigencia, tienen como objetivo la seguridad del espacio público, la búsqueda de protección contra el conflicto y la heterogeneidad. Estas personas representan las estrategias de autoritarismo que construyen la imagen de un ideal, un espacio público homogéneo. La forma de mantener la imagen de lo público como algo cerrado, homogéneo, es generada y asegurada por bloqueos materiales en contra de aquellos que son indeseables e ilegítimos.

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